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Ichaso

 Entrevista de Jorge Pupo a León Ichaso[1]

Antes de mirar la entrevista:

  1. Lee el artículo que aparece abajo sobre el trabajo y la importancia de León Ichaso en el cine norteamericano.
  2. Observa la preocupación del autor, Jorge Ruffinelli (uruguayo, profesor en Stanford) por definir a Ichaso en relación con la cultura y la política cubana, latinoamericana y norteamericana.

Al terminar de leer.  Mira la entrevista a León Ichaso en YouTube.

http://www.youtube.com/watch?v=9qPfxtn0q0I

  1. ¿Qué significa hacer “cine de compromiso”? ¿Qué son “ethnic projects” y “from the heart projects”?
  2. Piensa en lo que dice Ichaso sobre las razones por las cuales las películas de Hollywood sobre temas hispanos no tienen buena acogida.   ¿Cuáles has visto tú y qué piensas de ellas y de cómo presentan a los hispanos?

Vocabulario para estudiar

largometraje

cine

cineasta

verismo

destacar

“nadie es profeta en su tierra”

Para escribir

Escribe un párrafo que explique las dos formas de hacer cine de León Ichaso: los proyectos comerciales y los proyectos ”étnicos”, “from the heart”.

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UN CINEASTA Y DOS CULTURAS: LEON ICHASO[2]
Jorge Ruffinelliichaso

León Ichaso (La Habana, 1948) emigró de Cuba a los Estados Unidos en 1963, junto con su madre, cuando tenía 14 años. Su padre, el escritor Justo Rodríguez Santos (del Grupo Orígenes, autor de “Los naipes conjurados” y “La epopeya del Moncada”) permaneció en La Habana trabajando en la televisión, hasta que en 1968 tomó el mismo camino que su hijo y su ex-mujer.   Entonces León había terminado la secundaria en Miami y comenzaba a hacer cine en Super 8.  Pronto, al mudarse a New York, se vinculó con poetas, artistas plásticos y cineastas como Andy Warhol. León —que adoptaría el apellido materno en su carrera profesional— aún estaba comenzando pero tuvo la suerte de encontrar gente talentosa, creativa y bohemia que, sin proponérselo, lo animarían a hacer cine.

Hacia 1979 un amigo lo invitó a ver una obra de teatro neoyorquina de otro cubano, Iván Acosta. La obra era “El super”, y León Ichaso se entusiasmó con ella, advirtiendo sus posibilidades para un largometraje.  Aunque no desapareció el tema político de la obra de teatro original, (se trataba de una familia cubana en New York), lo más importante fue la situación humana de un núcleo familiar caribeño frente al inclemente invierno neoyorquino, otra lengua, otras costumbres. Una situación dramática cuando la hija (Elizabeth Peña en su debut en cine) comienza a asimilarse a la cultura norteamericana, alejándose de sus raíces.

Esos conflictos, que fueron comunes a muchos emigrantes de toda América Latina, humanizaron la historia de El Super.  Se sirvió de notables actuaciones (Raimundo Hidalgo-Gato como “El Super”, Zully Montero como Aurelia, Reynaldo Medina como Pancho, además de Peña como Aurelita), y de una innegable sensibilidad visual, un gusto innato por el encuadre y el cuidado por la calidad ambiental y fotográfica.   Más allá de cualquier imperfección debida a la penuria de producción (costó 160 mil dólares), fue una de las mejores películas entre las realizadas por latinoamericanos (no sólo cubanos) en los Estados Unidos, junto con El Norte (1983) de Gregory Nava.  Ichaso compartió la dirección con Orlando Jiménez-Leal, también cineasta y fotógrafo de este film, y quien era entonces su cuñado. También el éxito de El Super —como tarjeta de presentación— le valió a Ichaso una mayor entrada al cine norteamericano, a Hollywood. Ya entonces estaba realizando pequeños segmentos para un programa de televisión, “Saturday Night Live”.
El cine de Ichaso debería verse en sus dos vertientes: por un lado, los proyectos personales, realizados bajo la forma de cine independiente, con recursos escasos y ninguna participación de estudios de cine o de televisión; por otro, una obra profesional y comercial llevada a cabo para Showtime, Fox y otros productores. Así como la obra personal se ha tomado mucho tiempo, la “profesional” le dio a Ichaso un estatus que no ha tenido otro cineasta de origen cubano. En rigor, Ichaso también consiguió trabajar en producciones que nada tenían de “hispanas” y que no respondían al posterior descubrimiento de la cultura popular hispana en los Estados Unidos.

Algunas de sus obras son: A Table at Ciro’s (1987, que formó parte del largo “Tales from the Hollywood Hills,” The Take (1990) un policial de TV sobre policías corruptos, un thriller psicológico (A Kiss to Die For / Those Bedroom Eyes/ 1993), la historia de una psicótica asesina, con doble personalidad, Sugar Hill (1994) que le dio a Wesley Snipes la oportunidad de crear un personaje con alguna profundidad.  Es la historia de dos hermanos que crecen en Harlem, ven a su madre morir de sobredosis y ellos mismos inician un imperio de tráfico de drogas hasta que Roemello (Snipes) decide salir de esa vida para concluir trágicamente en que es imposible hacerlo;  Zooman (1995) cuenta una historia de delincuencia en el barrio, violencia, víctimas inocentes y reflexión social.  Ichaso tambieén dirigió al gran Sidney Poitier y a su hija Sydney Tamii Poitier en un drama didáctico bien interpretado —Free of Eden, 1999—, sobre el deseo de una jovencita por salir de la ignorancia y la pobreza del barrio. Y más tarde realizó la biografía de Muhammed Ali (Ali: An American Hero, 2000),  Hendrix (2000, notablemente encarnado por Wood Harris), y en 2001, una biografía que sería,  efecto de un proyecto personal: Piñero (2001).

Dentro de este ciclo de cine profesional y comercial, tal vez la mejor película fue Execution of Justice (1999) por la importancia de su tema y la eficacia y atención narrativa con que fue realizada. El episodio que cuenta esta película resultó fundamental en la historia de San Francisco y en la de los derechos de homosexuales. Aunque basada en una obra teatral de Emily Mann, reprodujo un hecho “real” con verismo y buenas actuaciones (una vez más, fue posible destacar en Ichaso a un eficaz director de actores). Se trató del asesinato del alcalde de San Francisco, George Moscone, así como de Harvey Milk, el primer supervisor abiertamente gay de la ciudad, a manos de Dan White, otro supervisor y colega de Milk.
Nunca se conocieron a fondo los verdaderos motivos del asesinato, pero tan escandaloso como éste resultó el juicio contra White, quien cumplió poco tiempo de cárcel gracias a la asombrosa defensa de su abogado, quien justificó el doble asesinato por la mala alimentación del asesino (se le conoció como la “Defensa Twinky”), argumento que increíblemente el jurado aceptó. Aunque tal vez no lo hizo el propio White, quien se suicidó cumplida la sentencia.

Los ejemplos de un cine de mayor “compromiso” con sus ideas y su manera de ver el mundo están en El Super (1979), Crossover Dreams (1985), Azúcar amarga (1996) y Piñero (2001). Estos cuatro largometrajes de significación desigual se agrupan por representarlo mejor: es un latinoamericano que vive en los Estados Unidos como en casa propia, bilingüe y ansiando triunfar (Crossover Dreams), que no ha olvidado a su Isla (El Super), que ha sentido crecer el resentimiento ante aspectos de la Revolución (Azúcar amarga), y que puede comprender la desesperación de la marginalidad bohemia, de la droga, de la poesía (Piñero).

En esta obra personal e independiente se destacan El Super y Piñero. Son dos historias centradas en la dificultad —o la imposibilidad— de adaptarse a una nueva cultura, por sus respectivos personajes. Más allá de eso, no hay comparación. El Super es un hombre modesto, que se preocupa cuando advierte que su hija trasnocha en los bailes de discoteca, y fuma marihuana; Piñero, a su vez, es un drogadicto pleno, un escritor maldito en los márgenes de la “normalidad”. Sus conflictos se planteron consigo mismo y con la sociedad a la que se negó a asimilarse.  Cada uno, a su modo, está lejos de ser profeta en su tierra. Piñero es mucho más conocido en New York que en su Puerto Rico natal, el cine de Ichaso no ha sido integrado o reconocido en Cuba.

Sin embargo, sólo hasta ahí van los paralelos. La vida de Piñero, y ante todo su final, fueron trágicos.   Ichaso es mucho más convincente y persuasivo cuando cuenta historias de hispanos en los Estados Unidos. De cubanos como en El Super, de puertorriqueños como en Piñero. En ese sentido se trata de un pionero en Estados Unidos porque empezó haciendo cine de tema hispano cuando no existía la moda, ni la atención anglosajona estaba puesta sobre esta cultura que se iba desarrollando persistente en su interior hasta que se impuso con la fuerza que hoy tiene. En el área del cine, esa presencia y esa fuerza le deben a Ichaso un reconocimiento. Ningún otro cubano, entre quienes viven en Estados Unidos, las ha logrado como él.

 

 

 

 

 

 

[1] http://www.youtube.com/watch?v=9qPfxtn0q0I

[2] Adaptado del artículo en el blog “Cine cubano: La pupila insomne” http://cine-cubano-la-pupila-insomne.nireblog.com/post/2007/04/19/un-realizador-nombrado-leon-ichaso 12 de agosto de 2009


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