Grammar and Composition for Heritage Learners

Home » Trabajos de los estudiantes » Una historia de amor

Una historia de amor

Aguilar

por Karina Aguilar

Todos tenemos una historia que de algún modo nos afecta el resto de la vida, ya sea positiva o negativamente. La historia de mi vida no es necesariamente la mía sino la de mi papá. Pero aunque es  suya y no mía, ha tenido una gran influencia en mí. Su historia ha transformado  la manera en que yo veo el mundo, me ha enseñado que con determinación y perseverancia puedo lograr lo que sea, pero sobre todo me ha enseñado la importancia de la familia. La historia de mi padre es importante porque podemos aprender mucho de él.

Mi padre creció solo porque quedó huérfano a muy corta edad. Su padre murió cuando él todavía era un bebé y su madre se volvió a casar poco después de su muerte por necesitad. Ella necesitaba a alguien que le ayudara económicamente porque en el pueblo donde vivía no había ningún tipo de trabajo disponible para ella.

Poco después de volverse a casar mi abuela tuvo tres hijos más con el nuevo marido y casi enseguida empezó a tener problemas con su marido por causa de mi papá. Él le decía que mi padre era un estorbo y si no existiera podrían tener comida suficiente para alimentar a todos los otros hijos. Para no tener más problemas, mi abuela mandaba a mi padre a la calle, a la casa de algún familiar o a cualquier lado con tal de que no se quedara en casa.  Todo esto empezó a pasar cuando él tenía alrededor de siete años. Como suele ocurrir, los familiares de mi abuela se empezaron a enfadar con la presencia de mi padre diciendo que se sobrepasaban sus visitas y al fin ya no le abrían la puerta. Algunas noches él regresaba a su casa sólo para encontrar la puerta de su casa bien encadenada. Él no sabía si su mamá o el padrastro había cerrando la puerta con llave.  Esto es algo que nunca lo sabrá porque nunca se atrevió a preguntarle a su madre por miedo de saber la respuesta. En tiempos como estos él se quedaba a dormir en la calle o en la casa de algún amigo a escondidas.

Mi padre iba a la escuela pero no continuamente. Aunque quería aprender su mente no cooperaba, pues estaba en otras cosas como si tendría algo que comer ese día o si tendría ropa para ponerse después de que su única ropa que tenía puesta ya no le sirviera, preocupaciones sobre sus materiales escolares y si su padrastro golpearía a su madre otra vez por su culpa. Sus únicos materiales escolares eran un lápiz y un cuaderno que había usado el año anterior. Le había dicho a su mamá que ya no tenía hojas para anotar los apuntes de la clase y ella le dijo que le compraría otro pero nunca lo hizo. Incluso, le había prometido muchas cosas más pero nunca las cumplió. Así que para que mi padre tuviera hojas en que anotar sus apuntes borraba todo lo que había escrito anteriormente en el cuaderno y lo usaba de nuevo hasta que se rompió de tanto borrar.

En el tercer grado él empezó a faltar a clases para irse por otros pueblos con los compañeros que eran mayores que él,  Iba con el propósito de conseguir algo de comida y un lugar donde dormir y poco a poco empezó a asistir menos a clases hasta que un día ya no regresó. Fue entonces que empezó a consumir drogas y alcohol que le ofrecían sus amigos. A veces lo hacía simplemente para detener el hambre. En otras ocasiones lo hacia para olvidarse de las penas que sentía viviendo sin una familia.

Poco tiempo después empezó a trabajar como malabarista en lugares distantes de su pueblo. Hacía varios trucos y actos circenses como la respiración de fuego. Sentía mucho miedo de hacer esto porque sabía que algún día algo podía ir mal con el fuego y causarle la muerte, pero era la única forma de seguir sobreviviendo. El abuso del alcohol y las drogas seguían empeorando y a los 13 años estaba completamente en el poder de estos vicios. Meditaba sobre la vida y trataba de entender la razón de la existencia. Anhelaba que algún día alguien le diera un abrazo y le dijera que todo estaría bien.  Pero lo que más le dolía era que su madre no lo buscaba y que pudiera dejarlo abandonado tan fácilmente. Muy pocas veces regresaba a su casa y aunque su madre se alegraba de verlo nunca le pedía que se quedara. Él sabía que ella seguía viviendo con violencia y que lo mejor era que no regresara para evitarle más problemas.

A los 14 años algo cambio en el. Conoció a una muchacha–quien es ahora mi mamá– y fue la primera vez que realmente sintió que alguien le demostraba algún tipo de cariño. El afecto de mi mamá ayudó a mi padre a abandonar poco a poco las drogas y la mala vida que llevaba en las calles. Pocos meses después se juntaron y todo empezó a mejorar. Al principio mi padre llevó a mi mamá a vivir en la casa de su mamá y su padrastro pero como no se sentían muy bienvenidos, pronto se mudaron a vivir en una pequeña casa de adobe que construyeron con el préstamo que les hizo el padre de mi mamá, mi abuelo.

Mis padres empezaron a tener hijos casi inmediatamente. Mi padre siempre recordaba lo solo que había crecido y así que su sueño era construir una familia muy grande. Y así fue. Su sueño se hizo realidad porque tuvieron 11 hijos. Los dos primeros murieron por enfermedades y la falta de ayuda médica. Aunque esto fue muy duro para ellos, la llegada de más hijos les trajo una inmensa felicidad. Después de varios años de casado, mi padre empezó a venir a trabajar regularmente a los Estados Unidos y finalmente después de 20 años nos trajo a todos aquí. Si no fuera por su gran valor y esfuerzo quizás yo no tuviera la oportunidad de estar aquí.

La historia de mi padre es muy impactante para mí porque sé que muchas personas en la misma situación que él estaba no logran salir adelante como lo hizo él. Él me ha enseñado que es importante mostrar cariño hacia los demás aunque no sean nada míos porque quizá sea el único afecto que ellos reciban ese día o por largo tiempo. También me ha enseñado aprovechar las oportunidades que existen aquí en los Estados Unidos como la educación, por ejemplo, porque eso era algo inimaginable para él de joven. Aunque sólo llegó a la mitad del tercer grado, él se ha enseñado muchas materias sólo. Desde que llegamos a los Estado Unidos siempre lo he visto con un libro en la mano tratando de mejorar su inglés y el español. Aunque sé que le costó mucho y pensaba que era imposible, pudo pasar el examen de la ciudadanía estadounidense. Mi padre es un gran ejemplo para mí. Él ha llegado mucho más lejos de lo que había soñado­ y sé que es por su determinación de darle lo mejor a su familia. Él nos ha dado a todos a su alrededor todo lo que él no tuvo de pequeño. Su historia es importante para mí porque me recuerda de dónde vengo y me hace valorar las cosas de una manera distinta. Me ayuda a siempre ser humilde pero al mismo tiempo luchar por lo que quiero y nunca darme por vencida.


Leave a comment